Esa mañana despertó en una fría celda de no más de 2 metros cuadrados, estaba sobre un catre ruidoso y muy incómodo, las sábanas estaban sucias y olían a humedad.
-¿qué pasa? ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Trató de recordar, había ido a la cama como cualquier otro día, sólo, sin haber cenado, sin música, sin leer un poco, sin hablar con nadie, sólo así: del trabajo a la casa y a la cama. No recordaba haber soñado, sólo despertó con una sensación fría por todo el cuerpo, se vio en la penumbra, sintió los resortes del catre clavados en su cuerpo, se incorporó, y se dio cuenta de que estaba prisionero.
-Hola- llamó, -¿hay alguien ahí?-
Una tenue luz se colaba por una abertura en la puerta metálica que quedaba frente a el, era un hueco rectangular por el que podría caber un plato con alimento pero nada más grande que eso. Una sombra paso interrumpiendo la entrada de luz por un par de segundos.
-Hola- volvió a llamar -Hola, por favor, ¿quiero saber por qué estoy aquí?-
-¿quieres decir que no lo sabes?- contesto la sombra
-No, he despertado aquí, no se quien me ha traído ni por que.
-El por qué lo desconozco, pero sobre quien te ha traído...
-¿Quien ha sido? Dímelo por favor, esto no tiene sentido, ¡no he hecho nada malo!
-Nadie.-
-¿cómo? -
-Nadie te ha traído-
-pero eso es imposible-
-Improbable tal vez, pero tan posible que así ha sucedido.-
-te burlas de mi.-
-No, puedo asegurarte que nadie te ha traído, ¿cómo podría alguien haberte traído y encerrado si la cerradura de tu celda esta por dentro?-
-¿qué?
Así era, se acercó a la puerta y había una cerradura, y efectivamente parecía ser la parte que va por fuera.
-¿Lo ves?- dijo la sombra.
-¿qué clase de broma es esta?-
-Esta prisión se construyo de adentro hacia afuera, tu ya estabas dentro cuando se hizo, se creo alrededor de ti, tu eres el centro.
-Pero...-
-Tu sabrás por qué estas aquí.-
-¿Eres el guardia?-
-Soy un guardia, uno de muchos.-
-¿Puedes llamar a alguien que me explique que hago aquí?
-Puedo hacer muchas cosas, la pregunta es ¿haré lo que tu necesitas?-
-Quisiera irme d aquí-
-Supongo que sí-
-¿cuanto llevo aquí?-
-No lo se, yo llegue hoy.-
-Y ¿no sabes nada?-
-Se que tu estas ahí dentro y yo aquí afuera.-
-No resultas muy útil.-
-Cumplo una función, que te resulte útil o no, no depende mi.-
-Quisiera que estuvieras de este lado y ver sí te sigues burlando de mi en mi cara.-
-Parece que "quisieras" muchas cosas.-
-Al diablo contigo-
La sombra se fue. Se tiró en el catre de nuevo, trató de deducir lo que estaba sucediendo, ¿que había hecho para terminar ahí? Durmió, despertó, durmió y volvió a despertar, no tenía noción del tiempo, se angustió, lloró, grito a la sombra para saber sí seguía ahí afuera.
-¿Estas ahí?, ¡Hey! ¿Me escuchas?-
-Aquí estoy.-
-¿Puedes darme algo de comer?-
-Puedo hacer muchas cosas ya te lo he dicho, pero...-
-Si lo recuerdo, la pregunta es si las harás, ¡maldito seas!-
-Creo que no entiendes-
-¡Lárgate! ¡Déjame en paz!-
La sombra se fue.
-¡oye!, tengo hambre, ¡al menos dame agua!-
-Toma.- le dijo la sombra un par de minutos después mientras introducía un traste con agua por la abertura de la puerta.
-Gracias.- le dijo después de tomar, -aún tengo hambre.-
-Al menos ya no tienes sed.-
-Lo disfrutas ¿verdad?-
-¿Que cosa?-
-Torturarme-
-Yo no te estoy torturando.-
-Encerrar a un hombre, sin alimentos, en la penumbra, ¡eso es tortura!-
-Tal vez, pero no es a mi a quien debes culpar por ello, no soy yo quien te tiene en dichas condiciones.-
-Puede que así sea, pero contribuyes a ello, ¡tu eres el guardia!-
-Pues no veo como ser un guardia contribuye en algo a tu situación.-
-Por lo visto no ves muchas cosas.-
-Pues creó que tu ves menos aún.-
Así paso el tiempo, tal vez días, tal vez años, no sabría decirlo, se volvió débil y amargado, la sombra a veces le llevaba lo que quería, a veces no, no entendía su situación, no entendía a la sombra, hasta que un día...
-¿Es que nunca me dejarás salir de aquí?-
-¿es que nunca entenderás que yo no te he encerrado?-
-Pero sólo tu estas aquí, ¿a quién más me puedo dirigir?-
-Mientras sigas aquí, sólo a mi-
-¿lo ves?, sólo juegas conmigo, abre la puerta, ¡déjame salir!-
-Te lo dije cuando hablamos por primera vez, la puerta se abre de tu lado, sólo de tu lado.-
-¡Deja de burlarte de mi!- gritó. -¿cómo puedo abrir una puerta si no tengo la llave?-
En un arranque de ira se lanzó contra la puerta, giro la manija y para su sorpresa esta se abrió, no tenía llave. Se quedó atónito, salió lentamente, se encontró en un pasillo iluminado, miró hacia ambos lados, nada no había ninguna otra celda, la única otra puerta estaba justo frente a la suya, lo único que se interponía era la sombra, quien resultó ser un hombre musculoso, se veía más joven que el y tenía cierto parecido a alguien de su pasado, pero no lograba recordar quien.
-¿qué broma es esta? ¿Por qué esta mi puerta abierta?-
-Nunca ha estado cerrada-
-No juegues conmigo...-
-Nadie juega contigo, siempre ha estado abierta, fuiste tu quien jamás intento abrirla.-
-¡tu me has tenido encerrado todo este tiempo! ¡Me has engañado!-
-Yo nunca dije que estuvieras encerrado, nunca dije que la puerta estuviera cerrada, siempre te dije que yo no tenía nada que ver con tu situación-
-Nunca me dijiste que podía salir-
-Nunca me lo preguntaste.-
-Tu eres el guardia, tu estas para evitar que escape.-
-Yo soy el guardia, peor nunca te impedí hacer nada, estoy para darte lo que pidas.-
-¿Por eso me matabas de hambre?, ¿cuantas veces te pedí alimento y no me diste nada?-
-Te di cuando pediste, pero tu la mayoría de las veces no me pedías nada, sólo mocionabas lo que te "gustaría", y eso no es pedir. Sin embargo cada vez que me pedías algo siempre te hice caso.-
-Por dios, ósea que ¿decir repetidas veces que tenía hambre no bastaba?-
-Decir no es pedir, dejarme claro que tenías hambre no es lo mismo que pedirme algo de comer. Nunca me preguntaste si podías salir, solo mencionabas que te gustaría hacerlo.-
-¿Insinúas que puedo largarme cuando quiera?-
-Siempre ha sido así-
-Que haya detrás de esa puerta?-
-Lo poco que te queda de vida.-
-¿por qué? Tantos años encerrado.-
-Insistes, nunca estuviste encerrado, simplemente nunca tuviste el valor ni la intención de ir más allá, te encontraste en una situación desagradable pero te conformaste con ella, te adaptaste y te quedaste, cuando lo único que necesitabas era abrir la puerta para que todo cambiara, hoy lo has hecho, hoy estas viejo y débil, debiste hacerlo antes.-
-Fui prisionero de mi mismo.-
jueves, 13 de febrero de 2014
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